Uno de los momentos que más me gustan del invierno para la fotografía son los días con niebla. Aparte de la hora del día, los fenómenos meteorológicos son clave para la toma de una fotografía. Cada fenómeno afecta de una manera diferente a la luz y sin duda la niebla es de los que pueden cambiar totalmente la atmósfera de lo que queremos fotografiar. Como buena difusora hace desaparecer las sombras y equilibrar mucho la luz, lo que también hará que haya una falta importante de contraste en la imagen. Otra de las ventajas que nos da la niebla es la de aislar lo que estamos fotografiando ya que tendremos un fondo blanco que hará ganar interés en el sujeto de la fotografía.
Os dejo unos ejemplos de fotos que he hecho últimamente con niebla. Si tenéis una consulta sobre cómo están hechas u otra duda que os pueda resolver podéis dejarme un comentario.